HISTORIA MILITAR DE ESPAÑA
Campañas




QUINTA CAMPAÑA DE ITALIA (1521 - 1522)

BATALLA DE BICOCA (29 de abril de 1522)

Victoria del general Próspero Colonna sobre los franceses y triunfo de los arcabuceros españoles sobre la infantería suiza, que supuso el definitivo declinar de éstos.

La Quinta campaña de Italia finalizó con la derrota de los franceses en Bicoca cuando se dirigían hacia Monza para tratar de cortar el camino de Suiza al ejército hispano-alemán del emperador Carlos V.

El ejército francés, al mando del general Lautrec, estaba formado por 15.000 mercenarios suizos, perteneciente a la famosa y temida infantería que era dueña de los campos de batalla desde los últimos 50 años. Pedro Navarro formó junto a los franceses y se enfrentó por segunda vez a sus antiguos compañeros de armas. Por su parte, el jefe de las tropas imperiales era el anciano general Próspero Colonna, de 69 años, que contaba con unos 4.000 arcabuceros españoles como fuerza principal de su ejército.

Tras el encuentro de ambos ejército, Colonna desplegó los arcabuceros españoles al otro lado de un camino, detrás de un terraplén coronado por una empalizada, apoyados por varias piezas de artillería. Los piqueros suizos formaron frente a ellos en dos grandes cuadros erizados de lanzas y de miles de hombres, y comenzaron su avance contra el ejército imperial.

Los españoles rompieron el fuego y comenzaron a lanzar sobre los suizos andanadas sin cesar, disparando por filas. Los piqueros sufrieron unas mil bajas, pero a pesar de ello continuaron su avance y lograron atravesar el camino. Pero el terreno se empinó y las bajas aumentaron sin cesar, alcanzando la cifra de 22 capitanes y unos 3.000 soldados. La carnicería era tal y la impotencia de los piqueros en su avance era tal que los suizos iniciaron la retirada dando siempre frente a los españoles, que no sufrieron ninguna baja en la batalla.

Consideraciones sobre la batalla

La batalla de Bicoca supuso la derrota definitiva de la infantería suiza, que fue barrida definitivamente de los campos de batalla, y el nacimiento de un nuevo tipo de combatiente: el arcabucero. El Marqués de Pescara tomó parte en la batalla junto al anciano general Colonna y tomó muy buena nota de esta nueva arma, que utilizaría en posteriores campañas al mando de tropas españolas.

Por otra parte, el empleo de las armas de fuego por los españoles no era nada nuevo, puesto que ya el Gran Capitán había derrotado a los franceses en la batalla de Ceriñola en 1503. En aquella ocasión las armas de fuego utilizadas fueron espingardas y escopetas en lugar de arcabuces.




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