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HISTORIA MILITAR DE ESPAÑA Campañas |
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GUERRA CONTRA LA REPÚBLICA FRANCESA (1793 - 1795) Ocupación de Ceret (20 de abril de 1793) Antecedentes La columna que el mariscal Escofet había enviado al Coll de Illas para caer sobre Ceret se perdió durante la noche del 16 al 17 de abril, y acabó incorporándose finalmente al grueso de la fuerza de invasión una vez tomado San Lorenzo de Cerdá. Tras la toma de Arlés el 18 de abril, más de un millar de voluntarios se alistaron en la Guardia Nacional de Perpignan. Al mando de general de brigada Willot partieron hacia la frontera, uniéndose en Ceret a las fuerzas del general Gautier Kerveguen, Jefe de Estado Mayor del general La Houlière. Ambos generales, cuyas fuerzas totalizaban entre 1.500 y 3.000 hombres, habían decidido salir de Ceret para atacar al enemigo en Arlés, pero se les adelantaron los españoles. La importancia de Ceret estriba en que la localidad está al final del valle del Tech, ante una llanura que desemboca en la campiña del Rosellón, en cuya mitad aproximadamente se levanta la capital, Perpignan. Por otra parte, en Ceret se hallaba el único puente de piedra que permitar el rio Tech. Su situación en el valle del Tech motivó que fuese plaza de armas española en la invasión de 1674. El combate de Ceret La tarde del 19 de abril, el Conde de la Unión tomó disposiciones para iniciar la toma y ocupación de Ceret. Para elló dejó en Arlés una guarnición de unos 300 hombres y por la tarde de ese día desplegó compañías de cazadores y tropas ligeras en las alturas cercanas al Castillo de los Baños, situado en el camino de Arlés a Ceret, en actitud ofensiva y llamando la atención de los defensores franceses. A medianoche, el resto de las fuerzas españolas, unos 3.000 infantes y 200 jinetes de caballería y dragones de los regimientos de Lusitania y Calatrava, pasaron en silencio por debajo del castillo a la distancia de un tiro de fusil, de tal suerte que a las seis de la mañana aparecieron delante de Ceret. Los franceses estaban desplegados en dos grupos: uno se hallaba emboscado entre los olivares de la izquierda del camino y la montaña inmediata; el otro se hallaba formada en orden de batalla entre Ceret y el puente, en prolongación de camino, con ocho piezas de artillería de a cuatro libras, dos de las cuales estaban emplazadas unos metros delante del puente enfilando la carretera desde Arlés, una tercera justo delante y una cuarta en mitad del puente. El pueblo esta separado del puente por un barranco, ante el cual se extendía una pequeña llanura, que era el único sitio despejado de los alrededores. El general Willot formó en ella sus tropas, perpendicularmente al camino, apoyando su derecha en el rio Tech y su izquierda en un pequeño bosque de olivos, al pie de las alturas. El Conde de la Unión formó frente a los franceses en tres líneas sobre la cresta de unas alturas para observar mejor al enemigo:
El combate comenzó con el ataque de la infantería ligera de los Voluntarios de Cataluña y Tarragona, que atacaron por la derecha el flanco izquierdo enemigo con un vivísimo fuego de fusilería que fue respondido por los soldados franceses, refugiados al abrigo de los olivares, y con la metralla de los dos cañones emplazados delante del puente. Seguidamente, el Conde de la Unión ordenó a las compañías de granaderos de Guardias Españolas que tomasen los dos cañones que enfilaban la carretera de Arlés. Los granaderos se precipitaron con intrepidez a la acción y, tras un vivo intercambio de disparos, se apoderaron de los dos cañones y pusieron en huida los franceses. Los granaderos les persiguieron hasta el puente, donde tomaron los otros dos cañones y mataron al oficial de artillería que estaba al mando y que, espada en mano, trataba de contener la huida de los suyos. Desbordados por la izquierda y tomados sus cañones, los franceses comenzaron a retirarse, algunos de ellos tirándose a las aguas del Tech y muriendo ahogados. La huida francesa no acabó en desastre por la enérgica defensa de un batallón francés de Champagne que, al mando del teniente coronel Sauret, contuvo a los españoles y dió tiempo a los fugitivos a cruzar el puente en dirección a Boulou. Los franceses sufrieron unas 400 bajas entre muertos y heridos. Los españoles les cogieron cuatro cañones con sus correspondientes trenes, 47 prisioneros y dos banderas. Los españoles solo sufrieron 19 bajas entre muertos y heridos. El combate tan solo duró dos horas y media. En él se destacó personalmente el Conde de la Unión, que mandó personalmente la primera línea en medio del fuego enemigo, de tal suerte que su caballo fue herido en la acción y su silla de montar atravesada por dos balazos. A las diez de la mañana las tropas españolas entraron en el pueblo y formaron en la plaza a tambor batiente, y los dirigentes municipales entregaron el ayuntamiento. Despúes de la ocupación El resto del día 20 y todo el dia siguiente se ocuparon en desarmar el pueblo, atender a los heridos de ambos bandos y hacer inventario de los efectos apresados. El dia 22 llegaron a Ceret diez compañías de granaderos de diversos Regimientos Provinciales y dos escuadrones de caballería. Los dias 23, 24 y 25 unos 2.000 hombres trabajaron con viveza para habilitar el Coll del Portell al paso de la artillería. Tras ese día, el grueso español de invasión era un ejército de tan solo unos 10.000 hombres. En el lado francés, la toma y ocupación de Ceret provocó el pánico en Perpignan, solo controlado por las duras medidas tomadas por los Comisarios de la Convención. El general Willot fué enviado a Toulouse a rendir cuentas, y el viejo general La Houlière, destituido de su cargo, se suicidó por no poder soportar la vergüenza de la derrota y su destitución. Según los historiadores franceses, lo que salvó a Perpignan fue la timidez de los españoles que no supieron aprovechar la audacia de su comienzo ofensivo. |