CAIDA DE SIDI DRIS
El 21 de julio de 1921 la posición de Sidi Dris tenía una guarnición de 265 hombres, de los que 205 eran peninsulares y 60 eran indígenas, formada por las siguientes unidades:
4ª Compañía, I Batallón, Rgto. Ceriñola 42: al mando del teniente don Julio Borondo Sánchez y el alférez don José Quintero Ramos, con un total de 93 hombres de tropa. Con ellos se encontraba el teniente médico del II Batallón del regimiento, don Luis Hermida Pérez.
Sección de la 3ª Compañía, I Batallón, Rgto. Melilla 59: al mando del teniente Ramón González Robles, con un total de 32 hombres de tropa.
Compañía de Ametralladoras, II Batallón, Rgto. Melilla 59: al mando del capitán don Sebastián Moreno Zumel y el teniente Felipe Acuña Díaz, con un total de 30 hombres de tropa.
Destacamento de la 7ª Batería de la Comandancia de Artillería: al mando del teniente Joaquín Fontán Lobé, con cuatro piezas Krupp de 7'5.
Destacamento de la Compañía de Mar de Melilla.
Destacamento de la 15ª mía de la Policía Indígena: al mando del teniente don Antonio Gómez Maristani.
El 22 de julio se acogieron sobre Sidi Dris los supervivientes de la posición de Talilit al mando del capitán don Benigno Ferrer, por lo que la fuerza combatiente en la posición ascendía ese día a unos 300 hombres.
Mandaba la posición el comandante don Juan Velázquez Gil de Arana, segundo jefe del II Batallón del regimiento de Infantería "Melilla" 59, quien encontraría la muerte en la posición y ganándose por su valor una Cruz Laureada de San Fernando.
Crucero "Princesa de Asturias", enviado por el Alto Comisario junto con el cañonero "Laya" a aguas de Sidi Dris para tratar de evacuar la posición (Extraido de "Imágenes del desastre", de Antonio Carrasco García).
Sobre las 14:00 horas del 22 de julio se comenzaron a ver rifeños alrededor de la posición, seguido de tiroteos esporádicos que impidieron hacer la aguada del día. A las 15:00 horas, el comandante Velázquez solicitó permiso para utilizar fuego de cañón, que se le concedió desde la Comandancia general. Los días 23 y 24 de julio los rifeños continuaron con el asedio a ataques sobre la posición, que mantenía la defensa consumiendo sus municiones y carentes de agua para ni beber ni para hacer el rancho. El ataque sobre la posición continuó sin interrupción durante los días 23 y 24, siendo más intenso durante la noche del 24 al 25 de julio, cuando los rifeños lograron acercarse a la posición y lanzar granadas de mano sobre ella.
La posición estaba en contacto con el Alto Comisario, general Berenguer, a través del crucero "Princesa de Asturias", enviado a aquellas aguas junto a los cañoneros "Laya" y "Roger de Lauria" con misión de apoyar las posiciones de Sidi Dris y Afrau. Autorizada la evacuación de Sidi Dris, quedaba por resolver el problema de la ejecución, pues los rifeños tenían dominada la playa y el camino hacia ella. La evacuación se realizó sobre las 10:00 horas del 25 de julio (otros dicen que fue una media hora antes), y resultó un completo desastre: ante el intenso fuego enemigo que ocasionaba tantas baja, el comandante Velázquez suspendió la evacuación de la posición, quedando dentro de ella unos 120 hombres; de los que salieron, tan solo una docena de hombres pudieron acojerse a los botes del "Princesa de Asturias", que además perdió varios hombres y dos botes en el intento de recogida de supervivientes; el resto quedó muerto en el camino, excepto una treintena que se apostó en unas casas cercanas de la playa y que resistieron hasta el asalto final de la posición, momento en que fueron hechos prisioneros.
El asedio continuó el resto del día 25 de julio. A las 18:10 horas el general Berenguer autorizó al comandante Velázquez a parlamentar con el enemigo y pactar la rendición. Sin embargo, el telegrama llegó tarde, pues sobre las 16:00 horas arreció el fuego enemigo sobre la posición y los rifeños intentaron el asalto. El comandante Velazquez, herido en un brazo, logró mantener la defensa; pero hora y media después, sobre las 17:30 horas, el comandante fue muerto, los rifeños entraron en la posición, se entabló un combate mortal cuerpo a cuerpo en el que murieron todos los oficiales y gran número de soldados, hasta que al fin la posición fue tomada por el enemigo. Los supervivientes fueron hechos prisioneros. Cuatro soldados lograron llegar a la playa y ser rescatados por un bote del cañonero "Roger de Lauria".
Es de destacar el magnífico comportamiento de los policías indígenas que, a pesar de la desconfianza de los españoles, en ningún momento abandonaron la defensa de la posición ni dieron signo de flaqueza, muriendo con sus compañeros de armas españoles.
El relato pormenorizado de lo ocurrido a esta posición se recoge en el capítulo VIII del resumen que hizo el general Picasso al final de su expediente.
SITUACIÓN EN MELILLA
En Melilla la atención se centraba en Nador y Zeluán, las dos poblaciones más cercanas a la plaza, que estaban sitiadas por los rifeños y cuya situación alertaba a la población. Las obras de fortificación del perímetro exterior continuaban y ya se había finalizado una parte importante de ella.
El general Berenguer, en contacto telegráfico permanente con el Ministro de la Guerra, le solicita que sitúe seis batallones de Infantería en la zona de Algeciras, en disposición a acudir a cualquiera de las dos zonas del Protectorado; además, solicitó la llegada de cuarenta estaciones ópticas a lomo y diez a caballo, con su personal y ganado, "pues todas se han perdido, quedando solo una". Así mismo, solicitó 200 kilómetros de cable y cuarenta teléfonos de campaña.
Mientras tanto, a lo largo del día llegaron cuatro buques de la Compañía Transmediterránea transportando tres batallones más, Artillería e Ingenieros:
- Vapor "Cirilo Amorós" procedente de Ceuta, desembarcando una batería de Artilleria de Montaña, tropas de Ingenieros, varios camiones y doscientos caballos y mulos.
- Vapor "Roger de Flor" procedente de Cartagena, desembarcando el batallón expedicionario del regimiento "Sevilla" nº 33, al mando del teniente coronel don José García-Aldave Moreno.
- Vapor "Atlante", desembarcando el batallón expedicionario del regimiento "Castilla", al mando del teniente coronel Álvarez Agudo.
- Vapor "Vicente Puchol", desembarcando el batallón expedicionario del regimiento "España", al mando del teniente coronel don Vicente Díaz García.
Como en el día anterior, los desembarcos se hicieron a los sones de una banda de música mulitar, y todas las tropas desfilaron de nuevo por la calle Alfonso XIII entre vítores y aplausos, repitiéndose una vez más las manifestaciones de entusiasmo de los melillenses.
Al finalizar su segunda jornada en Melilla, el general Berenguer había puesto al general de Brigada don José Sanjurjo Sacanell al frente de la defensa de Melilla, y logró poner a su disposición un total de once batallones de Infantería y una batería de montaña, con más unidades en camino, que Sanjurjo utilizó los primeros días para reforzar el perímetro y fortificaciones exteriores de la plaza ante la amenaza de un eventual ataque de los rifeños.