Valerosa y sorprendente gesta de la compañía de esquiadores de la División Azul para rescatar a un destacamento alemán aislado en el lago Ilmen.

El 5 de enero de 1942 el Ejército Rojo lanzó una gran ofensiva con objeto de restablecer las comunicaciones con Leningrado mediante la recuperación de la carretera y del ferrocarril que unía Moscú con Leningrado. Para ello, el Frente Noroeste del general Kurotschkin atacaría al 9º Ejército alemán al sur del lago Ilmen para tratar de tomar Smolensko. Seguidamente, el recientemente creado Frente Volchov del general Meretskov atacaría sobre este rio con cuatro ejércitos para tratar de liberar el cerco de Leningrado: el 59º y el 2º de Choque atacarían al 16º Ejército alemán al sur de la localidad de Chudovo, con objeto de abrir una brecha en el dispositivo enemigo, tomar la carretera y el ferrocarril Moscú-Leningrado, y torcer hacia esta última ciudad. En el flanco derecho, al norte, el 54º Ejército soviético atacaría las posiciones alemanas desplegadas en el lago Lagoda, y en flanco izquierdo, al sur, el 52º Ejército atacaría sobre Novgorod. Sería una lucha titánica de 71 divisiones soviéticas enfrentadas a las 27 divisiones del Grupo de Ejércitos Norte del mariscal von Leed.

Una vez iniciada la ofensiva del Frente Noroeste, las tropas soviéticas avanzaron de forma imparable. Al sur del despliegue del 16º Ejército alemán, los soviéticos rompieron las defensas, progresaron unos cincuenta kilómetros y el 7 de enero alcanzaron la zona de Staraia-Russa, al sur del lago Ilmen, dejando con ello cercada la guarnición alemana de la localidad pesquera de Vsvad, en la desembocadura del río Lovat en el lago Ilmen. Los alemanes de Vsvad formaban un grupo muy heterogéneo de 543 hombres al mando del capitán Pröhl, que se habían separado de sus unidades tras la ofensiva enemiga, y que quedaron cercados por el 140º Regimiento de infantería del 11º Ejército Soviético. La presencia de unos 3.000 esquiadores siberianos del 71º Batallón de Esquiadores soviético hizo inútiles los intentos alemanes de romper el cerco sobre Vsvad.

El 9 de enero, con el termómetro bajando hasta los 53 grados bajo cero, el general von Chappuis, jefe del XXXVIII Cuerpo de Ejército donde se encuadraba la División Azul, pidió al general Muñoz Grandes que socorriera la unidad alemana cercada. En vista de que el grueso de la división se encontraba empeñada en la defensa del Volchov, el general Muñoz Grandes decisión enviar a la Compañía de Esquiadores.



Mapa de la acción del lago Ilmen.

La compañía había sido creada a mediados de noviembre por orden del Cuerpo de Ejército para vigilar el lago Ilmen con patrullas de esquiadores. Se formó con 228 voluntarios procedentes de diferentes unidades, siete de ellos oficiales. 150 hombres se encuadraron en seis secciones de esquiadores, mientras que el resto formarían una unidad de apoyo de Antitanques, Transmisiones y ayudantes rusos. El jefe de la compañía fue capitán José Manuel Ordás Rodríguez, procedente de la 5ª Compañía de Antitanques. Una vez formada la unidad, la 1ª Sección realizó en noviembre una primera misión de infiltración en el lago. La enorme extensión del lago obligada a la compañía a constantes misiones de más de doce horas, en las que tuvieron ocasionales escaramuzas con el enemigo, en unas condiciones meteorológicas muy extremas y en unas fechas en las que el sol se ponía a las 15:30 horas. El rescate de los alemanes cercados en Vsvad sería su primera gran acción de combate.

El 10 de enero de 1942, sábado, la compañía se reunió en Spasspiskopez, localidad de la orilla oeste del lago distante unos 30 kilómetros de Vsvad, al otro lado del lago. Desde allí partirían sus 206 hombres para una marcha que se creía que duraría unas ocho horas. La realidad es que tardarían once días en llegar a su destino. Formados a las 06:00 horas, con 32 grados bajo cero, fueron despedidos por el capitán de Corbeta Mora Figueroa, ayudante del general Muñoz Grandes y enviado por él para la ocasión. Para la marcha iban equipados con setenta trineos tirados por pequeños y fuertes caballos que fueron requisados para la ocasión, conducidos por campesinos rusos, muchas veces sus propios dueños. En ellos llevaban provisiones y municiones para tres días. Iban armados con sus fusiles individuales y nueve fusiles ametralladores, sin artillería anticarro. No utilizarían los esquíes por ser inútiles para la marcha sobre el hielo, sino sus botas, especialmente las botas de fieltro rusas, altamente apreciadas. El sargento Gabriel Amador Wolgeschaflen iba encuadrado en la compañía junto al soldado Varela, como operador de una radio de 5 watios para el enlace con el cuartel general de la división.

Abrió la marcha la sección del teniente Castañer. La marcha se reveló una misión difícil, pues el lago carecía de puntos de referencia, la visibilidad era prácticamente nula, la superficie del lago presentaba grietas y oscilaciones y la temperatura descendió a los 53 grados bajo cero. La compañía comenzó a sufrir los primeros congelados, que el capitán Ordás envió de regreso en trineo junto con el soldado Varela, quien debía regresar a la columna con una nueva radio, pues el generador de la primera quedó congelado. A las 21:30 horas el general Muñoz Grandes envió el siguiente mensaje:

  • “La guarnición de Vsvad se sostiene valientemente ... es absolutamente necesario socorrerlos. El honor de España y el espíritu de fraternidad de nuestro pueblo lo exigen”.

Y a las 02:00 horas de la madrugada del 11 de enero envió este otro:

  • “Sois el orgullo de nuestra raza. Confiad en Dios y atacad como españoles”.

El escritor Eduardo Barrachina Juan, en su libro “La batalla del lago Ilmen”, describe lo apurado la situación que tuvieron que pasar los componentes de la Compañía de Esquiadores durante la travesía del lago:

  • “Si en la orilla la temperatura había descendido a 40 grados, en el interior del lago se midieron con un termómetro finlandés 53 grados bajo cero. A esa temperatura se funde la grasa de los cerrojos de los fusiles y no se pueden utilizar. El agua se hace en el acto un bloque de hielo y para beber hay que calentarla previamente. El pan debe serrarse o cortarse con un hacha. La mayor parte de la comida se congela también con la gran dificultad de poder aprovecharla, pues encender fuego es extremadamente peligroso, ya que puede delatar la posición de las fuerzas españolas al enemigo. Y lo peor de todo, no se puede dormir. Dormir significa la muerte por congelación, incluso tumbarse un rato en un trineo puede suponer la pérdida de los pies o las piernas por congelación”.

La marcha de ocho horas se convirtió en una de veinticuatro. La brújula dejó de funcionar y tuvieron que orientarse por las estrellas. A las 10.00 horas del domingo 11 de enero la columna llegó a la localidad de Ustrika, en la orilla sur del lago. Se habían desviado 18 kilómetros del punto de destino, Vsvad, y llegaron con 102 casos de congelación. En Ustrika se encontraron con una unidad alemana, el “Grupo Lüer”, de la 290º División, encuadrada temporalmente en la 81º División, que había sido enviada apresuradamente por el general Busch tras el cerco de la 18ª División al comienzo de la ofensiva soviética, para taponar cualquier intento enemigo de penetrar hacia el norte. El grupo, formado por soldados de Silesia, se encontraba igualmente cercado; la Compañía de Esquiadores quedaría temporalmente encuadrado en este grupo durante sus operaciones en el lago Ilmen.



Dos fotografías de la Compañía de Esquiadores de la División Azul.

A pesar del penoso estado de la compañía, del que el capitán Ordás informó por radio, el general Muñoz Grandes le envió el siguiente mensaje a las 13:30 horas:

  • “Sé vuestro esfuerzo durante la penosísima marcha que habéis realizado; si la suerte no os acompañó al logro total de vuestro propósito, no fue vuestra culpa. La guarnición de VSVAD sigue resistiendo valientemente y hay que socorrerla cueste lo que cueste; aunque queden todos los nuestros sobre el hielo, no importa; con los que te queden, con muy pocos, tú solo si es preciso, seguid adelante, hasta morir; todo por el heroísmo de los de VSVAD; o se les salva o hay que morir con ellos. En nombre de la Patria, gracias, y no desfallecer, confío en vosotros”.

La Compañía de Esquiadores estaba prácticamente diezmada, pero continuó el avance dejando detrás los 102 congelados y la mitad de los trineos. El termómetro marcaba 41 grados bajo cero. A pesar de su penoso estado, combatieron y expulsaron a los rusos de la aldea de Sadnele-Pole, a un kilómetro de Ustrika, donde hicieron prisioneros a los que interrogaron. Quedaban 76 hombres en la compañía, pues 28 más fueron baja entre heridos y congelados. Pero el intenso frío seguía cobrando sus víctimas, y el 14 de enero tan solo quedaban 54 hombres con capacidad de combate. A las 10:00 horas de ese día reiniciaron el avance hacia Vsvad, y a las 13:00 horas tomaron la aldea de Shishimoroyo, donde se encontraron con una guarnición alemana de soldados letones de la 81ª División.

El 17 de enero, estando a tan solo unos diez kilómetros de Vsvad, los españoles encontraron una fuerte resistencia por parte de los soviéticos. Al mando de una unidad mixta de 36 españoles y 40 letones, el teniente Otero de Arce encabezó el avance de la compañía. Su unidad realizó un reconocimiento sobre dos aldeas (Maloye Utchno y Bolshoye Utschno) y desalojó a punta de bayoneta al enemigo de una tercera (Shiloy Tshernez). Pero los soviéticos contratacaron con dos batallones dotados de cañones contracarro y seis carros de combate. En el ataque arrollaron la vanguardia del teniente Otero, donde murieron 14 españoles. El resto consiguió resistir como pudo, romper el cerco y unirse de nuevo a la compañía. A las 22:00 horas de la noche la compañía se atrincheró en espera de un nuevo ataque soviético.

El 18 de enero los soviéticos atacaron al sur de la aldea de Pinikovo con apoyo de seis carros de combate T-26, obligando a los españoles a retirarse a Bolshoye Utschno. Allí el teniente Otero de Arce, al frente de un puñado de soldados, logró frenar el avance enemigo mientras el resto replegaba los heridos y replegándose por la noche. Tras recibir la orden de ocupar una posición avanzada en Maloye Utschno, dos alféreces de la compañía se desplazaron a esta localidad al frente de 23 españoles y 19 telones. Fueron fuertemente atacados el 19 de enero con carros de combate, infantería y fuego de artillería. Los defensores resistieron hasta quedar tan solo cuatro españoles y un letón con vida, que se retiraron al mando del alférez López de Santiago. Al llegar a Shiloy Tschernez se encontraron con el teniente Otero de Arce, que había avanzado al frente de dos secciones alemanas y siete españoles hasta esta localidad en medio de una tormenta de nieve y entre el fuego soviético, a quienes atacaron al arma blanca.

El 20 de enero los soviéticos volvieron a lanzar otro ataque, precedido por tres ataques aéreos nocturnos. Pero los españoles volvieron a rechazarlo, esta vez gracias a varios voluntarios que se ofrecieron a incendiar los carros enemigos con cócteles Molotov. El capitán Ordás envió el siguiente mensaje a las 14:30 horas:

  • "Anoche nos bombardearon tres veces aviones rusos. Al atardecer, grandes masas enemigas avanzaron contra nuestras posiciones. Han salido varios voluntarios para incendiar los carros enemigos con cócteles molotov. El movimiento de penetración del ataque ha sido contenido, y el enemigo se retira. Dios existe."

El capitán Ordás había acordado la retirada de los alemanes cercados en Vsvad y el encuentro con ellos en el lago a las 05:00 horas del 21 de enero. Al amanecer de ese día el teniente Otero de Arce partió con 15 españoles y 5 letones hacia el lugar, donde dispararon como señal una bengala. Los alemanes contestaron diciendo "¡Kameraden, kameraden!". Al encontrarse, el capitán Pröhl y el teniente Otero de Arce se saludaron militarmente y se abrazaron. A las 09:45 horas el capitán Ordás envió el siguiente mensaje al general Muñoz Grandes:

  • "Un destacamento salió esta mañana de Maloye Utchno para Vsvad. La guarnición de Vsvad, que hizo una salida anoche, abrazó a nuestros hombres (sobre el lago helado) siete kilómetros al Este de UZHIN. Vuestras órdenes han sido cumplidas por entero."

En el camino de regreso, al capitán Ordás, que tan solo contaba con 34 de sus hombres, le fue ordenado reforzar a la 81ª División para recuperar la localidad de Shiloy Tschernez, perdida dos días antes. La compañía llegó al punto convenido media hora antes que la unidad letona encargada de la misión, pero los españoles no esperaron a los letones sino que atacaron y expulsaron a los rusos.

A las 01:40 horas del 25 de enero el general Muñoz Grandes preguntó por mensaje al capitán Ordás: "Dime cuántos valientes quedan." El capitán Ordás respondió: "Salimos doscientos seis hombres y quedamos doce... ¡Arriba España!".

El comportamiento de la Compañía de Esquiadores de la División Azul se convirtió en una heroica gesta que fue ampliamente difundida como ejemplo del valor y compromiso de los soldados españoles, mereciendo incluso un reportaje gráfico en la revista alemana “Signal” y el reconocimiento internacional de cuantos historiadores se ha acercado a su gesta.

El 5 de febrero de 1942, el general Schopper, jefe de la 81ª División de Infantería, dirigió el siguiente mensaje al general Muñoz Grandes:

    “Mi muy respetado General:

    En el momento en que cesan de estar a mis órdenes los valientes soldados de su Compañía de Esquiadores, es para mí un deber ineludible expresarle a Vd. mi agradecimiento y mi admiración por el arrojo temerario y heroico de sus soldados. Ha sido para mí un honor poder tener bajo mi mando a estas excelentes tropas y motivo de especial satisfacción que con la concesión de 32 Cruces de Hierro a la compañía haya cristalizado en forma palpable el reconocimiento de los mandos superiores.

    Con la expresión de mi estima y con el deseo de poder volver a saludarle personalmente, queda de Vd. muy respetuosamente."

El capitán Ordás recibió una Medalla Militar Individual, que unió a una anterior que ya tenía, y la Compañía de Esquiadores recibió la Medalla Militar Colectiva. La compañía no volvió a ser reorganizada, siendo la acción del lago Ilmen su única y definitiva batalla.


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ANEXO

A continuación ofrecemos las imágenes de unas tiras de cómic editadas en Japón recientemente, en las que se trata, precisamente, sobre el encuentro de las tropas alemanas de Vsvad con los divisionarios españoles. La traducción al español ha sido realizada por un ciudadano japonés residente en Barcelona.




Página 1

1. BOM!

2. El combate (cuerpo a cuerpo) duró 8 horas 17 muertos, 72 heridos.

3. Si hay otro ataque como esto, nosotros nos moriremos todos. Esta noche será la última posibilidad de escaparnos. Iván debe estar reoganizando (su ejército).

4. 20 de enero, enterraron los muertos y ataron a los heridos a los trineos, y Plair (?) planeó la escapada de Vsvad acompañado por un (?) grupo de autovigilancia.

5. Los grupos salieron cada 10 minutos para Ushin de la otra orilla del lago Ilmen, abriéndose el camino entre nieve hasta el pecho.

6. Se ha acabado. Retira el rótulo.

7. Destrozalo. Somos los últimos.




Página 2

1. ¿Todo está bien? Sí, bien.
3. ¿Que pasa? Levántate
Teniente(?), sólo 30 minutos... me dejaría descansar hasta que llegue el otro grupo.

4. No, camina. Te morirás.

5. El oficial anduvo dos o tres veces más que los soldados y les forzaron a caminar a los soldados rezagados y sentados.

6. ¡Mierda! El brújula está helado. Allá.




Página 3

2. Hola! compañero “Como está camarada?” “Mucho bien vendo”(?) (“Mucho bienvenido”?) Que está diciendo?

4. Los esquiadores españoles del ejército de voluntarios 250 infantería vinieron a ayudarlos. Bueno!

Mucho frío !Jajaja!

FUENTES:

  • Caballero Jurado, Carlos. Morir en Rusia. La División Azul en la batalla de Krasny Bor. Cuadernos de Revista Española de Historia Militar, nº 7. Quirón, 2004.
  • Caballero Jurado, Carlos. Atlas ilustrado de la División Azul. Susaeta Ediciones S.A. Madrid,
  • Geral R. Kleinfel y Lewis A. Tambs. La División Española de Hitler.
  • Francisco Caballero Leonarte. La acción del lago Ilmen. Barcelona, 11 de julio de 2009.
  • Moreno Juliá, Xavier. La División Azul. Sangre española en Rusia, 1941-1945. Crítica, Barcelona, 2005