LA FUGA DE LAS TRANSMISIONES (1936)

- Causa General -

- Pieza nº 2 -

- Tomo VIII -

Ramo nº 12.- Regimiento de Transmisiones. El Pardo
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Archivo Histórico Nacional, Madrid, Legajo 1517, Expediente 1.



DECLARACIÓN DEL TESTIGO ENRIQUE GAZAPO VALDÉS.

(Folios 318 al 320 de la Causa General, folios 25 al 30 del Ramo nº 12)

En Madrid a cuatro de Junio de mil novecientos cuarenta, ante este Juzgado compareció el testigo anotado al margen, el cual fue enterado del objeto de su comparecencia, de la obligación que tiene de decir verdad, y de las penas en que incurre el reo de falso testimonio, siendo ...... con arreglo a su clase, y

Preguntado por las generales de la Ley, dijo: Llamarse como queda dicho, de cincuenta años de edad, de estado casado, natural de Cuba, de profesión Teniente Coronel Habilitado de Ingenieros, Jefe de Transmisiones del 1º Cuerpo de Ejército y del Batallón de Transmisiones del mismo, que ... ha sido procesado, y con domicilio en Juan de Urbieta nº 50, y que no le comprenden las demás.

Preguntado, manifiesta: Que se encontraba destinado en el Regimiento de Transmisiones de guarnición en El Pardo desde 1933 y sorprendiéndoles el Alzamiento Nacional en el puesto de Comandante Mayor.

Desde las elecciones de Febrero de 1936 empezaron los trabajos preparatorios del Movimiento en la Unidad, enlazando por medio del Capitán Anel, hoy profesor de la Academia de Burgos, que le daba cuenta de todo y el declarante lo hacía a su vez al Coronel de la Unidad D. Juan Carrascosa, por la parte que pudiera interesarle teniendo en cuenta el puesto que tenía. Se relacionó con el General GARCÍA DE LA HERRANZ, visitándole varias veces en el domicilio del declarante. Este General le dijo primero que tomaría el mando de Madrid, posteriormente le indicó sería en provincias y ya iniciado el Movimiento, cree que el dia 19, habló con él por teléfono cuando estaba en el Campamento de Carabanchel, el General GARCÍA DE LA HERRANZ, que le comunicó que había tomado el mando, y que estuvieran preparados.

El 17 de Julio de 1936 y acompañado por el Teniente Navas, estuvo en el Café del Prado entrevistándose con el Teniente Coronel ÁLVAREZ REMENTERÍA, que le dijo que se iban a acuartelar y que se empezaría a actuar enseguida, y tanto este Sr. como el General GARCÍA DE LA HERRANZ le tenían dicho que se recibirían órdenes y que hasta ese momento deberían permanecer en los cuarteles. Por razón de su puesto de Comandante Mayor tenía relación con toda la Oficialidad y aprovechaba siempre que podía la ocasión para significarles la conveniencia de estar preparados para cualquier eventualidad.

En el mes de Abril con ocasión del entierro del Alférez REYES de la Guardia Civil, a pesar de ponerse servicio con el fin de que no asistieran los Oficiales al entierro, faltaron bastantes.

Para establecer contacto con Oficiales de otros Regimientos se organizaron fiestas deportivas; entre otras que recuerde con el Regimiento de Artillería a caballo.

Se cuidaba mucho la tropa, procurando tenerla en contacto con la Oficialidad y aislarla del ambiente de Madrid, para lo cual les organizaban competiciones deportivas y otros entretenimientos, vigilándose a los que por los antecedentes recibidos se sabía eran comunistas. Recuerda que, entre otros, consecuencia de la amnistía del Gobierno del Frente Popular, les enviaron al Sargento Quirós, que había sido condenado a tres años de presidio por los sucesos del año 1934, durante los cuales éste estaba de acuerdo con el pueblo para apoderarse del armamento y asaltar la Unidad, y un dia se lo encontró durmiendo estando de servicio, le arrestó dando cuenta al Coronel para que se le sumariase, pero en atención a que las circunstancias eran tan difíciles, se decidió limitarlo a un arresto, dando lugar a que se le impusiera otro al cumplir el primero al no presentarse al declarante cuando lo había cumplido, teniendo que imponerle otro por diferentes causas al punto que se llamó la atención al Coronel y por el Ministro de la Guerra y el General de la División diciéndole que había un Jefe que perseguía a los saregentos sin ningún motivo.

El Jefe del Regimiento Coronel Carrascosa era afecto; el Teniente Coronel Hernández Vidal era de izquierdas, pero ante las circunstancias, cree que por miedo y porque vió la unánime actitud de sus compañeros, se unió al Movimiento y actuó bien; entre los Comandantes era de izquierdas D. Leandro García que también se unió al Movimiento, y el Comandante Maldonado, hoy Teniente Coronel, simpatizaba con el Partido Radical, pero se unió sin reserva, siendo afectos, como el declarante, el Comandante Sánchez Benito. Los Capitanes eran afectos, siendo los más activos y de verdadera confianza los Capitanes Anel y SALAS, e izquierdistas González Amador y el Capitán Sixtue, al que obligó el declarante en lo posible para que saliese con permiso y del que sabe luego actuó con fuerzas rojas; otro Capitán cuyo nombre no recuerda fué condenado en Galicia a cuatro años de presidio por su lenidad en unirse al Movimiento, lo que no chocó al declarante por conocer sus antecedentes. Los Tenientes eran afectos y solo algunos de la Escala de Reserva no eran muy entusiastas, pero se unieron al Movimiento. Entre los Suboficiales solo dieron la nota destacada en contra del Alzamiento el Sargento Quirós, que se fugó en Navacerrada, y el Brigada ...

La tropa, unos cuatrocientos hombres, en general bien aunque había algunos elementos comunistas, pero en los primeros dias obedecieron y solo después de incorporados al Ejército Nacional se pasaron algunos a las filas enemigas, en los distintos frentes y en el Alto de León tuvieron que disparar y matar a uno que hacía fuego por la espalda contra un Oficial.

Como armamento había unos seiscientos fusiles y de municiones algo más de la dotación reglamentaria; también disponían de medios de transporte por estar en preparación la motorización de parte de la Unidad, teniendo unos treinta vehículos.

Como un mes antes del Movimiento o quizá antes le dieron la misión de apoderarse en el momento en que se les indicase de la persona del Presidente de la República Azaña y conducirle al sitio donde se les ordenase. Con este fin reservadamente dió orden a un Capitán para que tomase las medidas oportunas a fin de que los camiones estuviesen listos para salir y se pusieran en contacto con el Oficial y números de la Guardia Civil de guarnición en el Pardo, donde residía el Presidente, pero unos quince o veinte dias antes de iniciarse el Movimiento el Presidente Azaña se fué a vivir al Palacio Nacional.

El 17 de Julio de 1936 ante la orden de acuartelamiento se incorporó a la Unidad encontrando muy buen ambiente en ésta y se planteó la cuestión de lanzar un radio uniéndose al Movimiento, lo que por fin se hizo a pesar de algunas oposiciones.

El dia 19 por la tarde en conversación telefónica con el General GARCÍA DE LA HERRANZ éste le dió la misión de salir con el Regimiento y abrir el cerco del Cuartel de la Montaña que estaba asediado por las milicias, y donde estaba el General FANJUL; el declarante le hizo ver que solo tenía fusiles y que en tales condiciones no podía salir, replicándole el General que si estaría dispuesto a salir en el caso de que le mandara una escuadra con ametralladora y fusiles ametralladores, a lo que el declarante repuso pidiéndole un plazo para responder. Comunicó esta conversación a los Capitanes Anel y SALAS así como al Coronel, acordándose no salir ante las condiciones de inferioridad que se encontraba la unidad para atacar el Cuartel de la Montaña y librarle del cerco; telefoneó al General GARCIA DE LA HERRANZ lo acordado.

El dia 20 por radio se fueron enterando de la caida de los cuarteles de la guarnición, captando las últimas llamadas de algunos, siendo muy angustiosas las llamadas de los de Carabanchel. Por la noche llamó desde Madrid el Comandante Peña, que se había hecho cargo de la Jefatura de Transmisiones y que les dió cuenta de que toda la guarnición de Madrid se había rendido, proponiéndoles unirse al Gobierno; sostuvo la conversación con el citado Peña el Comandante Leandro García pues el declarante se opuso a que se pusiera el Coronel. Después de esra conferencia telefónica, como el Comandante García creyese que era cierto todo lo que había dicho Peña, tuvo un incidente con la oficialidad y con el declarante, que no creían la certeza de tales noticias.

El declarante llamó a su despacho al Capitán Alba, hoy Comandante, y a otro, y les dijo que había que salir del Pardo diciéndole aquellos que precisamente los Tenientes Guzmán y Barbeito se querían ir a caballo hacia Segovia, pero para no dividir fuerzas les ordenó que se estuvieran quietos pues ya se obraría en momento oportuno, y les dijo que hablase a los demás de que se iba a salir del Pardo. Hubo discusiones entre el Teniente Coronel Hernández Vidal y los Oficiales sobre la cuestión de la salida, acabando por aceptar el Teniente Coronel Hernández Vidal, que como Jefe de Cuartel la dispuso inmediatamente. A las dos de la madrugada le comunicaron el acuerdo de salir enseguida y a su vez el declarante se lo comunicó al Coronel, que se mostró de acuerdo tras preguntar su opinión a todos los Jefes de la Unidad.

Sobre las cinco de la mañana salieron hacia el puerto de Navacerrada marchando el declarante en el último camión con la misión de cortar las comunicaciones, ocupándose también de socorrer a los camiones que se averiaban, y a pesar del recuento que se hizo en un punto del recorrido, no sabe como se quedó atrás un camión. Pasaron sin novedad Balsain, donde repostaron los camiones, pues en los pueblos aunque ya estaban las gentes armadas, al tomarlos por afectos al Gobierno, no se metieron con ellos, llegando a la Granja, donde establecieron contacto con las Fuerzas Nacionales.

Ratificase, previa lectura, firmando con S.S. Doy fe.

Firma y rúbrica, Enrique Gazapo y Valdés.

(Rúbrica UNO ilegible), (Rública DOS ilegible)




FUENTES:

  • Causa General, Pieza nº 2, Tomo VIII, Ramo nº 12.- Regimiento de Transmisiones. El Pardo. Archivo Histórico Nacional, Madrid, Legajo 1517, Expediente 1.