HISTORIA MILITAR DE ESPAÑA
Campañas




GUERRA CONTRA LA REPÚBLICA FRANCESA (1793 - 1795)

ORIGEN DE LA GUERRA

La Guerra contra la República Francesa fue una desgraciada aventura que no reportó ningún beneficio a España. Por el contrario, puso de manifiesto la incapacidad española para hacer grandes demostraciones militares, no pudo evitar la invasión francesa de una parte importante del norte peninsular y, al final, se saldó con la pérdida de la parte española de la isla de Santo Domingo en favor de los franceses.

El 21 de enero de 1793 la cuchilla de la guillotina cortó la cabeza del rey Luis XVI de Francia. Con esta ejecución culminó un proceso revolucionario en el cual el rey de España, Carlos IV, había hecho norte de la política nacional la defensa de la vida y derechos de su primo, el rey francés.

En efecto, en reiteradas ocasiones ministros y embajadores de Carlos IV se dirigieron a la Asamblea Nacional revolucionaria solicitando clemencia por el soberano francés. Pero en todas ellas se recibieron desplantes por respuesta. Con ocasión del incidente de la Bahia de Nootka en 1791 se puso de manifiesto que el Pacto de Familia entre España y Francia estaba roto, y que los líderes revolucionarios franceses no respetaban la legitimidad al trono del rey español.

El último desplante francés ocurrió el 17 de enero de 1793. Se votaba la ejecución o el perdón del rey. El embajador español el Paris, D. José Ocáriz, entregó a la Convención una nota ofreciendo la mediación de paz de España entre Francia y las potencias coaligadas a cambio de que se suspendiera la ejecución de la sentencia. La nota ni siquiera fue leida, y Dantón llegó a proponer la declaración de guerra contra España por la insolencia de haber presentado dicha nota.

La decapitación del rey francés provocó una oleada de indignación en toda Europa, y especialmente en España, cuyo pueblo tenía una devoción especial a la institución monarquica. Se celebraron funerales en toda España por el "rey martir", y el clamor popular se manifestaba por la guerra contra la vecina república.

En este ambiente enrarecido se mantenían las conversaciones diplomáticas entre ambos países para garantizar la neutralidad de España en el clima de guerra que azotaba Europa, originado por la declaración de guerra de Francia a Austria el 20 de abril de 1792. Esta declaración fue el inicio de 23 años de guerras en Europa, que costarían 6 millones de vidas humanas.

La intención del Conde de Aranda, primer ministro de Carlos IV, fue la de unirse a la coalición austriaca contra Francia. A tal efecto planteó el 24 de agosto de 1792 ante el Consejo de Estado la cuestión del rompimiento con Francia. La mayoría de los consejeros se mostraron favorables a la guerra contra Francia, y se acordó notificar a Austria, Prusia y Cerdeña la disposición de España a incorporarse a la alianza. Pero la derrota de los austriacos en la batalla de Valmy, ocurrida el 20 de septiembre de 1792, enfrió los ánimos belicistas del Conde de Aranda, que presentó un tratado de neutralidad a los franceses. Las condiciones que éstos exigían eran muy duras para España:

  • reconocimiento del nuevo régimen constitucional en Francia
  • licitud del destronamiento de Luis XVI
  • retirada de las tropas españolas de la frontera
  • mantenimiento de las tropas francesas cerca de la frontera

    Estas duras condiciones convencieron a Carlos IV de la inutilidad de la política de apaciguamiento del Conde de Aranda, y el 15 de noviembre de 1792 lo destituyó del cargo y nombró a D. Manuel Godoy.

    La ejecución del rey de Francia no favoreció la firma del tratado de neutralidad, y el 23 de febrero de 1793 el embajador francés, M. Bourgoing, solicitó sus pasaportes y regresó a su país. Suyas son las palabras "La guerra es infalible, si la España no desarma".

    El 7 de marzo la Convención francesa, que ya había roto con Inglaterra y Holanda, declaró la guerra a España. El 23 de marzo el rey Carlos IV publicó una declaración en la que explicaba al país sus intentos fallidos para mantener la paz y la necesidad ineludible de aceptar la lucha a que nos empujaba el país vecino.

    DOCUMENTO: Declaración de guerra de Carlos IV.





  • FUENTES:

    • Estado Mayor Central del Ejército. Campañas en los Pirineos a finales del siglo XVIII (1793-95). Tomo I - Antecedentes. Servicio Histórico Militar. Madrid, 1949. Pag,s 67 - 73