HISTORIA MILITAR DE ESPAÑA
Galería de Personajes



GENERAL D. JOSÉ CARRILLO DE ALBORNOZ
DUQUE DE MONTEMAR (1671 - 1777)

Conquistador de Orán

D. José Carrillo de Albornoz, duque de Montemar, nació en Sevilla en 1671. Participó como mariscal de campo en la batalla de Villaviciosa (1710) a las órdenes del conde de Aguilar, con cuya caballería combatió.

Entre 1718 y 1720 intervino en las campañas de Cerdeña y Sicilia, celebradas co ocasión de la Guerra de la Cuádruple Alianza. A partir de aquí inició una brillante carrera en la que estuvo al mando de los diferentes ejércitos expedicionarios que el rey Felipe V envió a distintos puntos de África e Italia.



Don José Carrillo de Albornoz, duque de Montemar.
Pintura de Rafael García. Biblioteca Colombina de Sevilla.


En 1731 estuvo al frente del ejército expedicionario que realizó la ocupación de Parma para el Infante don carlos, futuro Carlos III de España.

En 1732 estuvo al mando del ejército expedicionario que realizó la reconquista de Orán para el reino de España, arrebatando la plaza a los turcos.

En 1733 obtuvo el mando del ejército expedicionario que partió hacia Italia a combatir a los austriacos en la Guerra del Primer Pacto de Familia, originada por la disputa entre Francia y el Imperio por la sucesión al trono de Polonia. Durante la campaña, el duque venció a los imperiales en la batalla de Bitonto el 25 de mayo de 1734.

En 1738 era Ministro de la Guerra.

En 1741 obtuvo el mando del ejército expedicionario que partió hacia Italia a combatir a los austriacos en la Guerra del Segundo Pacto de Familia, originada por la disputa entre las potencia europeas por la sucesión al Imperio. No obtante, Montemar fue destituido a finales de 1742 por la inactividad que mostró al frente de sus tropas, que exasperó a la Corte de Madrid y lo sustituyó por el conde de Gages.

Murió en 1747 a la edad de 76 años.

Como oficial de Caballería defendió la tesis de que ésta debía cargar sable en mano contra la Infantería, a pesar de los fuegos de ésta:

    "La Caballería debe marchar [al ataque] en buen orden, sable en mano" [...] [también] "puede disparar por filas y por sextos, quartos, tercos y mitades de fila", lo que implica que tambén era partidario de que los jinetes hicieran descargas cerradas cerca del enemigo.



FUENTES:

  • Julio Albi y dos más. La Caballería española, un eco de clarines. Tabapress, S.A. Madrid, 1992. Pág,s. 56 y 57.