HISTORIA MILITAR DE ESPAÑA
Ingenieros Militares Ilustres



CAPITÁN GENERAL D. JORGE PRÓSPERO DE VERBOOM (1667 - 1744)

Fundador del Real Cuerpo de Ingenieros

Don Jorge Próspero de Verboom (Cuadro de la Sala de Banderas de la Academia de Ingenieros del Ejército)

Español de origen flamenco, nació en Bruselas en 1667. Su padre fue D. Cornelio de Verboom, que a finales del siglo XVII era el Ingeniero Mayor de los Países Bajos; su hijo le sucedió en el cargo en 1692. Fue colaborador del ingeniero francés Vauban, famoso por su nueva concepción de obras de fortificación. Conocía perfectamente las técnicas de sitio, trazado de planos y construcción de fortificaciones del holandés barón Von Coehorm, famoso ingeniero de la época, junto con Vauban. Participó en numerosos sitios dirigiendo a los ingenieros en los trabajos de zapa y minado, como en Namur (1695), Barcelona (1713-14), Messina (1718) o Gibraltar (1727).

En 1709 fue llamado por el rey Felipe V a propuesta del Marqués de Bedmar para organizar los ingenieros militares españoles. Por Real Decreto del 13 de enero de 1710 el rey le nombró Ingeniero General "de mis ejércitos, plazas y fortificaciones de todos mis reinos". Por Real Decreto del mismo día, le nombró también Cuartel-Maestre General de "todos los reinos, provincias de España y otros estados". Puesto a trabajar en el proyecto, Verboom fue herido y hecho prisionero en la sangrienta y desgraciada batalla de Almenara el 27 de julio de 1710. Conducido a Barcelona, perfiló su propuesta de organización del Real Cuerpo de Ingenieros, que remitió al rey y éste aprobó en un Real Decreto expedido en Zaragoza el 17 de abril de 1711.

Liberado en 1712 tras la apertura de las negociaciones de paz, Verboom se dedicó a poner en práctica sus ideas y a la constitución del nuevo Real Cuerpo, con tanto éxito que siete años despues, en 1718, pudieron destinarse 50 ingenieros bajo su mando a la expedición de Sicilia.

Planeó técnicamente el sitio de Barcelona, que duró 14 meses entre 1712 y 1714. Secundado por sus subordinados, emprendió además la ingrata tarea de reformar el sistema defensivo y promover las obras públicas del reino, dando un extraordinario impulso a todos los trabajos emprendidos mediante constantes y contínuas visitas a los proyectos emprendidos.

Se encargó de la construcción de la Ciudadela de Barcelona en 1715, para lo que hubo de arrasar parte del barrio de la Ribera, lo que señaló la introducción del gusto arquitectónico francés en Cataluña. Así mismo, Felipe V le ordenó proyectar un nuevo barrio en el muelle del puerto de Barcelona, en una zona insalubre denominada Marvella y que ahora es la Barceloneta. La construcción del barrio en sí, diseñado en 1719 por nuestro ingeniero militar, no comenzó hasta 1753, bajo la dirección del arquitecto Francisco Paredes. Se urbanizaron una quincena de calles atravesadas por otras nueve, paralelas a la costa, con casas de planta baja y de un solo piso para que no impidiesen la acción de las baterías de la Ciudadela.

Otras obras que realizó fueron la ciudadela de Seo de Urgel, la reforma del castillo de Montjuich, la fortaleza de San Fernando en Figueras, construcción de cuarteles, hospitales, almacenes, y obras civiles en puertos (Barcelona, Málaga, ..), canales de riego (Murcia, Lorca, ...) y caminos.

Para facilitar la educación de oficiales del ejército y su admisión en el Real Cuerpo de Ingenieros estableció en Barcelona la Real Academia Militar de Mathemáticas y Fortificación a imitación de la de Bruselas, donde él mismo había estudiado.

Participó en la expedición española a Cerdeña y Sicilia (1717-1718), donde dirigió el sitio de Messina (1718) y recuperó la Seo de Urgell. De 1721 a 1727 realizó importantes obras en diversos puntos de España, entre ellos proyectó plano sobre la defensa de Ceuta, la Línea de Contravalación de Gibraltar (1731-35) sobre el solar en el que hoy se asienta la ciudad y el trazado urbano de Algeciras.

En 1726 realizó el proyecto de fortificación de la villa de Santoña, donde el rey Felipe V proyectaba construir un astillero permanente para la Marina Real. De esta manera se evitarían incursiones como las que sufrió Santoña en 1719 por una flota anglo-francesa y en 1639 por la flota del arzobispo de Burdeos. El proyecto no se llevó a cabo porque el astillero se trasladó a Guarnizo.

En 1727 el rey le nombró Marqués de Verboom. Ese mismo año intervino con sus ingenieros en el sitio de Gibraltar, aunque se retiró de él por discrepancias con su jefe.

En 1737 se le ascendió al máximo empleo de Capitán General. Murió el 19 de enero de 1744 a la edad de 77 años, siendo gobernador de la ciudadela de Barcelona.



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